Resumen
Desde hace cuatro décadas los países de América Latina atraviesan reformas en sus sistemas e instituciones de formación docente. De manera particular, a partir de los años 2000 estas transformaciones comienzan a debatirse en el contexto de la educación superior y de la preocupación por cómo estos cambios afectan a las identidades profesionales de los formadores, su preparación, tareas y la ampliación de las funciones que desarrollan estas instituciones (docencia, investigación, formación continua y extensión con las escuelas del sistema educativo). El artículo se propone, en primer lugar, examinar los cambios ocurridos en las políticas docentes de estas últimas cuatro décadas y los focos por los cuales han transcurrido. En segundo lugar, analiza algunos efectos y rasgos que producen dichas transformaciones en los formadores, colectivo clave, pero generalmente olvidado tanto por las políticas como por las investigaciones en formación docente. En tercer lugar, la discusión del trabajo plantea una tesis y cinco desafíos para pensar los cambios, a partir de las tensiones que se producen al intentar armonizar y dar respuesta a las dos agendas de reformas que atraviesan las políticas docentes: la educación superior y la específica de la formación de maestros y profesores.